Cómo los medios censuran el evento editorial más popular del mundo
Feria del Libro de La Habana: Cómo los medios censuran el evento editorial más popular del mundo
Por José Manzaneda
Cubainformación. Fotos RCBaez
Por la XVIII Feria Internacional del Libro de La Habana pasó cerca de un millón de visitantes, se vendieron 1.200.000 libros, y se presentaron unos mil nuevos títulos con una tirada de más de siete millones de ejemplares. Tras 10 días de presentaciones de libros, conciertos, debates y otras actividades culturales en la capital, la feria recorre otras 16 ciudades de Cuba.
Las grandes editoriales del mundo, con inversiones millonarias en publicidad y marketing, no son capaces de conseguir semejante movilización popular en ningún país del mundo. Por su relevancia informativa, la Feria del Libro de Cuba debería convertirse en noticia en los grandes medios de comunicación internacionales.
Pero los medios no actúan con esta lógica. El éxito de este evento popular alejado de criterios de mercado, negocio y consumo, que cuenta con un gran apoyo del Estado cubano, ha sido silenciado, de nuevo, por las empresas que controlan la información en el mundo. Pero la Feria del Libro de La Habana no ha desaparecido completamente de la agenda informativa de los grandes medios. Los días previos al 16 de febrero, numerosos diarios dedicaron parte de sus secciones culturales a la rueda de prensa del escritor cubano Orlando Luis Pardo, que protestaba en las cercanías de dicha feria porque, según su versión, las editoriales cubanas habían decidido no publicar su última novela.
El diario español El País tituló la noticia “Dificultades para la literatura "no oficial" en Cuba”, transmitiendo la idea de que toda la literatura presente en dicha feria es literatura “oficial”. Algo curioso si tenemos en cuenta que tuvieron presencia 50 editoriales de 43 países, y que participaron 650 intelectuales de Cuba y otras naciones. Solo de Chile, país invitado de honor, participaron 200 artistas e intelectuales.
En la rueda de prensa de Orlando Luis Pardo, el escritor estuvo acompañado por Yoani Sánchez y Gorki Águila, conocidos personajes contrarios a la Revolución cubana que son impulsados por grandes grupos mediáticos internacionales. Yoani Sánchez ha creado el blog “Generación Y”, que el grupo Prisa dotó en 2008 con los 15.000 euros de su premio Ortega y Gasset. Gorki Águila es vocalista del grupo de rock “Porno para Ricardo”, cuyo arresto por molestias a su vecindario fue convertido en “show mediático” internacional en agosto de 2008. Por las letras de sus canciones, referidas a la muerte del Jefe del Estado, en otros países Gorki Águila habría sido procesado penalmente.
La convocatoria a los medios extranjeros fue realizada a través de correo electrónico por Ernesto Hernández Busto, cubano residente en Barcelona que, en su blog “Penúltimos Días”, aboga por una intervención militar de EEUU en Cuba. Para crear una atmósfera de represión y terror que atrajera a la prensa, en su nota advertía de un posible apaleamiento público de las personas convocantes del acto y de un operativo especial de la Seguridad del Estado cubano. Por supuesto, nada de esto se produjo, no ocurrió absolutamente nada, y decenas de miles de personas siguieron tomando parte en la Feria del Libro de La Habana ignorando este acto. Pero televisiones, radios y diarios de gran tirada de todo el mundo, especialmente las pertenecientes al grupo multinacional Prisa, ya habían dedicado espacios relevantes a crear una noticia inexistente y a dar promoción a un escritor irrelevante.
En Cuba existen 128 editoriales, todas de propiedad pública, que comercializan libros a precios altamente subvencionados. Solo una parte de la producción es comercializada en divisa, cuyos beneficios sirven para financiar las tiradas en moneda nacional. La selección de obras a publicar es realizada por los consejos editoriales, compuestos por destacados escritores y escritoras del país. No todas las obras presentadas son publicadas, unas veces por limitaciones materiales, otras por criterios de calidad establecidos por dichos consejos editoriales.
En los países capitalistas, las editoriales pertenecen a dueños privados, que deciden qué publicar, sin dar explicación alguna a nadie. Editoriales como Alfaguara o Santillana, pertenecientes al grupo Prisa, o las del grupo Planeta-Telefónica, emplean sus grandes medios de comunicación para promocionar sus obras y autores, y organizan concursos literarios ajenos a cualquier criterio de transparencia. Escritoras y escritores de gran talento siguen sin ser publicados porque no se adaptan a los criterios mercantiles de dichas editoriales, o bien porque sus obras sostienen posiciones políticas de izquierda inaceptables por la élite propietaria de dichas editoriales.
Entre ambos modelos de selección de obras publicables, el vigente en Cuba es, con sus complejidades y contradicciones, claramente más democrático.
Durante la XVIII Feria Internacional del Libro de La Habana, los grandes medios de comunicación negaron espacio informativo a un acontecimiento cultural masivo sin parangón en el mundo, para ofrecer sus cámaras y micrófonos a un solo escritor deseoso de promocionar su obra en el extranjero. Los objetivos son evidentes: imponer la censura informativa sobre un exitoso modelo de feria del libro que es incompatible con el negocio de las editoriales ligadas a los medios; tapar la voz de la intelectualidad cubana, que es crítica pero mayoritariamente alineada con la Revolución; y crear un nuevo personaje mediático que sirva para generar noticias “oficiales” sobre Cuba acordes a la ideología de los grandes medios.
Boletín cultural de la Red ECO Alternativo, 22 de Marzo de 2009 - Año lX - Número 86
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