Yoani Sanchez: mejor que me calle
Por Ernesto Pérez Castillo
Yoani Sánchez, a la vista de las barbas de su vecino ardiendo hasta la ceniza, anda a las carreras como quien desesperadamente intenta sofocar el incendio de su casa vertiéndole agua con un dedal.
La verdad es que con las recientes revelaciones sobre la “disidencia” no encuentra mejor estrategia de escape que huir hacia delante, como lo demuestra su reciente post “Del zumo de limón al código encriptado”.
Allí comienza mintiendo desde la primera línea, donde pone: “En el último capítulo de la saga orwelliana que ponen en la tele, vimos un joven de rostro atemorizado contando cómo un turista le regaló unos programas de encriptación de datos”.
Con lo de “saga orwelliana” se refiere ella a la serie documental “Las razones de Cuba” que transmite por estos días la televisión cubana, y por una vez lo de orwelliana le ha quedado bien pues, como es conocido (aunque quizá ella no lo sepa), el compañerito George Orwell (que ni siquiera se llamaba así, sino que su nombre real era Eric Blair) tuvo a bien colaborar con la CIA en su momento a través del MI6, el temible servicio de espionaje británico, al que por propia voluntad entregó en 1949 una carta con una lista de treinta y ocho escritores y artistas a quienes acusaba de comunistas y que contenía entre otros el nombre de Charles Chaplin.
El “joven de rostro atemorizado” que menciona Yoani es Dalexis, nada menos que un ingeniero informático que trabajó para la CIA como el agente Alejandro, aunque en realidad era el agente Raúl de la Seguridad del Estado cubana.
Fue este Guerra quien en abril pasado habló a nombre de Freedom House en el evento de cíberdisidencia organizado en Texas por el Instituto George W. Bush.
Curiosamente, Robert Guerra es un médico graduado en 1996 en la Universidad de Navarra, en Pamplona, España, la misma universidad de la cual en la actualidad es profesor el señor José Luis Orihuela, que presidió el Jurado del Premio iRedes 2011, recientemente concedido a Yoani Sánchez.
Por si fuera poco, esa misma Universidad de Navarra en diciembre pasado entregó también a Yoani el Premio Internacional Jaime Brunet. Más claro, ni el agua: todo indica que Robert Guerra maneja sus contactos en la Universidad de Navarra para promocionar y financiar a su protegida en La Habana. Como dirían en Sicilia: se non è vero, è ben trovato.
Otra bloguera, la española Rosa Jiménez Cano, publicó hace poco un post sobre Guerra, titulado “De Cuba a Canadá”, donde menciona que: “Desayuné con él, charlamos sobre Cuba, su amiga Yoani y un montón de cosas…”
O sea, para la Yoani, Robert Guerra no es un turista más, sino un “amigo” suyo muy cercano, cosa que fue demostrada con creces cuando el 6 de octubre de 2010 Yoani Sánchez formó aquel famoso arroz con mango sobre el supuesto bloqueo de su cuenta en Twitter y de inmediato Guerra twitteó el siguiente mensaje: “@BabaluVal @yaonisanchez are reporting that posts from Cuba are being censored. @KatieS UR help would be appreciated”.
Esa @KatieS a quien estaba dirigido el mensaje es ni más ni menos que Katie Jacobs Stanton, la cabeza visible de la estrategia internacional del gobierno norteamericano en Twitter y miembro del Equipo de Internet del presidente Barack Hussein Obama II.
Así que para Yoani ahora mismo lo mejor sería mirarse al espejo y aconsejarse a sí misma: “mejor que me calle, que no diga nada”, como dice la canción, pues cada vez que abre la boca remueve el lodazal en el que fatiga sus días la mercenaria.
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Publicado por M. H. Lagarde para Cambios en Cuba el 3/10/2011 02:45:00 PM
Imágenes y vínculos agregados RCBáez
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