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Cuba: coraje y valor

Ya no estará tu nombre, Atahualpa

Ya no estará tu nombre, Atahualpa

Ya no estará tu nombre en un aula en la ELAM

No responderás ¡presente! ante el pase de lista…

No estará tu sonrisa compartiendo horizontes

Ni habrá un medico nuevo en tu pueblo aymará

Pero estarás disfrutando cada nueva victoria

Porque aunque te hayan matado

No podrán asesinar tu sonrisa

No mataran la primavera de tu pecho

No detendrán la marcha

De tu pueblo y mi pueblo


Porque desde ahora, Atahualpa de Viedma,

Vas trazando senderos

Vas sembrando esperanza

Vas junto al Che

¡¡Por siempre!!

Rosa C. Báez, La Habana, 28 de junio de 2008


---------- Mensaje reenviado De Museo Che Guevara

 

Cuando esquivan milagrosamente el terrible índice de mortalidad infantil argentino algunos bebés, crecen, estudian, sueñan.
Algunos sueñan más intenso todavía, desean estudiar Medicina en Cuba. Es que son solidarios, están pletóricos de amor por el otro, defienden no solo a su familia sino a sus pares descendientes como ellos de los dueños de esta tierra.
Pero esta Argentina, que de "argentina" no tiene nada, tiene otro índice de mortalidad que los adolescentes y jóvenes tienen que superar como en un rito iniciático de un Dios Moloch.
Atahualpa intentó, pero no pudo. Somos todos asesinos. O cómplices si no nos movemos para buscar no solo al culpable, sino escarbar, hurgar, estudiar, llorar, gritar, y no parar hasta que se desarme este perverso sistema de aniquilación selectiva.
Eladio González (toto) director


El Domingo 15 de Junio asesinaron a Atahualpa Martinez Vinaya, mi primo, que tenía 19 años. Le dispararon por la espalda y lo tiraron en las afueras de Viedma.
Todavía no encontramos razones. Todavía no encontramos culpables.

Atahualpa era un chico que estaba estudiando en 5to. año del CEM 18 de Viedma y quería irse a fin de año a Cuba para estudiar medicina, así es que estaba tramitando y sacando buenas notas para poder conseguirlo.
Además había participado de una toma de terrenos para su hermana Ayelén, que tiene un hijo y quería que tuvieran algo para ellos.

También acompañaba a su madre en diferentes actividades de lucha de recuperación de la identidad indígena y también recuperación de tierras en la línea sur de Río Negro.

Ata era muy solidario, sus compañeros hoy lo recuerdan con mucho cariño porque era muy buen compañero, era buen hijo, buen amigo.
Nosotros no entendemos porqué pasó esto, porqué a Atahualpa.
QUEREMOS PRONTO ESCLARECIMIENTO Y JUSTICIA.

Porque no queremos que vuelva a suceder y porque confiamos en la única herramienta que tenemos y que aprendimos de Ata, la DEL COMPROMISO Y LA SOLIDARIDAD.

Por favor ayudennos a difundir esto que nos pasó a nosotros y que le puede pasar a cualquiera. Desde el más profundo dolor.

Gracias. Laura.

En esta foto que adjunto va su mejor sonrisa, esa que nos guía para seguir adelante.

contacto www.fotolog.com/stanix

http://www.rionegro.com.ar/diario/2008/06/20/20086l20s01a.php#
VIEDMA (AV)-

La familia de Atahualpa no encuentra explicación ni consuelo por lo sucedido.

"Miro la puerta y me parece que en cualquier momento va a entrar". La mamá de Atahualpa Martínez habla con orgullo de su hijo asesinado el domingo a la madrugada. Aunque no encuentra consuelo ni explicación frente a lo acontecido, intenta recordarlo como fue, solidario, generoso, comprometido y humilde, según comentaron quienes lo conocieron.

El joven cumpliría 20 años el 22 de julio próximo y probablemente en sus planes ya estaría repetir lo de otros años: organizar con sus amigos un picante de arroz, comida típica de Bolivia que su madre le hacía para esas ocasiones especiales, con la colaboración de la barra del barrio.

Julieta Vinaya no pierde su sonrisa mientras habla de su hijo con marcada admiración. La última vez que lo vio con vida fue el día anterior a su partida hacia Rosario. "Yo no estaba acá, había viajado a Rosario a presenciar el acto de homenaje al Che Guevara, por sus 80 años. Él quería ir, pero no pudo porque tenía obligaciones. Pero me dijo sacá fotos, mirá todo y después contame", relata Julieta.

Atahualpa había recibido su nombre por un sueño. "Pensaba ponerle Camilo, por Cienfuegos o Ernesto por el Che, pero antes de que naciera soñé con el inca Atahualpa y como los integrantes de los pueblos originarios nos guiamos mucho por los sueños, le puse ese nombre", sostiene Julieta quien integra el Consejo Asesor Indígena, del que formaba parte también su hijo asesinado.

"’Cuidate’, me dijo al despedirme en la terminal". Esa sonrisa del robusto muchacho, fue la última imagen que le quedó de su hijo.

Sin embargo, en su memoria no para de encontrar anécdotas que, asegura, marcan de cuerpo entero al hijo que un tiro por la espalda le arrebató el domingo.

"Durante varios años llevó a su amigo de enfrente que tenía dificultades para caminar hasta la escuela, sentado en el manubrio de la bicicleta. Además participaba de las reuniones del CAI y siempre hacía cosas en favor de los pueblos originarios. En verano se iba a la Línea Sur con sus abuelos. Con Ayelén, su hermana menor, eran inseparables y él le eligió el nombre a su sobrino, Licán. Era mapuche y aymará y estaba orgulloso de serlo", sostiene la agente sanitaria, integrante de la Unidad de Violencia Familiar e inquieta trabajadora social en los barrios pobres de la ciudad.

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